miércoles, julio 27, 2005

Electrodomésticos antiestrés


Ojeras, piel tirante y la mirada completamente ida. Sí, son las pinceladas de un retrato poco agraciado, pero mío, desde ayer. Espero una llamada importante. El teléfono me ha plantado cara, mudo, y las horas me desafían avanzando sin piedad. Intento dormir. En vano. Pruebo con el ordenador y surge todo menos coherencia. Salir de casa con este calor es una odisea que descarto sin vacilar. Así que he hecho caso al consejo de una amiga que apuesta por sentarse delante de la lavadora como receta infalible para aplacar los nervios.
Bastante incrédula y desesperada (todo hay que decirlo) me he lanzado a probar este método sedante. Meter la ropa sucia dentro del tambor y cargar la máquina es una parte bastante tediosa del proceso (aunque, sin duda alguna, peor es tender), sobre todo tener que separar las prendas de color de las blancas. Una vez superada la primera prueba, y con los nervios todavía a flor de piel, me he entregado al aparato. Es todo un ritual. Primero cae el agua y las prendas dejan de estar rígidas y se unen todas en una masa uniforme. El jabón limpia la ropa y por catarsis, mi ánimo ha quedado purificado por primera vez en el día, y sin altibajos. El aclarado daba gusto verlo, pero tengo entendido que es el paso que más agua consume, y este verano no estamos como para andar derrochando el preciado líquido. No me quedaba suavizante en casa, así que no he tenido más remedio que prescindir de él. Aunque ahora echo de menos su aroma... Y durante el centrifugado he estado más que tentada en huir de mi posición. La maquinita en cuestión chocaba contra las paredes mientras generaba un ruido infernal. Como puede más el rigor informativo, he aguantado estoicamente delante del aparato simulando que no me alteraba. El caso es que ahora el corazón me late todavía más rápido.

Comentarios:
1.Las lavadoras están de moda y salvarán nuestras vidas.
2.Desconocida para muchos, el barrer, fregar y scar polvo también es una terapia perfecta contra la angustia existencial.
3.Viva los moviles: hicieron que (al menos) la desesperación fuewra portatil.
4.Interesantes reflexiones cheeverianas sobre la escritura en un blog que tengo linkeado con el rídiculo nombre de "canguros superduros", más de lo que aparenta.
 
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