lunes, septiembre 12, 2005
Cabezas verdes, manos azules
Todo llegará. Y mientras, aculumo ganas leyendo a Paul Bowles. Estos días he contribuido a que la melancolía de septiembre se adueñe por completo de mí mientras leía Cabezas verdes, manos azules, con el que me he transportado a lugares remotos, siempre de la mano de este personaje polifacético y tan especial de la generación beat. En su recopilación de crónicas de viajes por el Sáhara, el Rif, el sur de la India y Estambul durante los años 50 y 60, Bowles me ha adentrado en las tradiciones de las tribus del desierto, el ambiente y las costumbres de la antigua Constantinopla y los sugerentes sonidos de la música rifeña. Y así, entre letra y letra, continúo amasando mi sueño.
Suscribirse a Entradas [Atom]