miércoles, julio 05, 2006

y total, para qué

Si me levantara con más tiempo, no tendría que ir al trabajo en autobús, lo haría andando, justo ahora que las mañanas son fresquitas en Madrid y la calle está semi vacía (7.30 horas). Pero las últimas mañanas, son todas iguales. Suena el despertador y lo apago. Suena. No lo oigo y sigue sonando... Le doy un golpe. Lo apago de nuevo. Hasta que me despierta el de refuerzo. Justo 15 minutos antes de salir de casa. Tiempo que tengo que estirar para hacer el lavado del gato y despegarme las legañas, poner la cafetera en marcha e ingerir el preciado líquido vital para que mi organismo funcione, vestirme a todo correr (un ritual que incluye la aplicación de crema hidratante en las piernas y cara, lentillas, elección de pendientes...) tomarme el zumo que un atentísimo Linus exprime con sus manitas cada mañana para mí, preparar el bolso y salir pitando a por el bus. Aún no sé cómo lo consigo, pero soy de las primeritas en llegar a la redacción.
Y total, para qué. Porque hoy, el gran jefe ha decidido que nos quita la jornada intensiva. Eso está bien para alentar el espíritu. Poner el caramelito en la boca y quitarlo justo cuando se saborea todo el azúcar...

Comentarios:
=)

si te srve de consuelo, o para compartir tu desconsuelo, te diré que yo empezé esta semana la jornada intensiva, que he descubierto que en mi nuevo trabajo es llegar una hora antes e irte 5 horas despues. curiosa jornada.

Al menos tendras otra vez tiempo de desayunar mas tranquila, no?

bs
 
Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]





<< Inicio

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]